El método que utilizo para trabajar con mis mujeres está basado en el Coaching Ontológico de la Escuela Internacional Newfield Network de Julio Olalla, uno de los fundadores de esta disciplina hace más de 30 años.

Cuando llegué a Sudamérica, no conocía el coaching (y mucho menos ontológico) ni que Newfield Network fuese como el Oxford de la disciplina. Llevaba años trabajando como facilitadora y formadora de grupos y simplemente buscaba nuevas herramientas para mejorar mi profesión. No tenía idea del cambio de perspectiva que iba a vivir.

El Coaching Ontológico, como cualquier tipo de coaching, es una disciplina que te apoya a alcanzar una meta que hoy no estás alcanzando, permitiéndote implementar acciones diferentes y efectivas.

El coach establece una relación peer to peer,  en la que ayuda al coachee (aquel que trabaja con el coach) a encontrar lo que necesita para conseguir su objetivo. Por lo tanto, no es ni psicólogo, ni terapeuta, ni consultor.

Pero, ¿cómo se alcanza una meta que ya no estoy logrando?

Si no estás logrando una meta, significa que las acciones que estás tomando no son efectivas y, por lo tanto, debes cambiarlas.
Dicho así parece sencillo, pero ¿cuántas veces se "entiende" exactamente cómo se debe comportar uno, pero cuando se llega al punto no se puede?
En ese momento, los discursos internos suelen manifestarse como: “¡Pues ni siquiera lo lograste esta vez!”, “Nunca vas a poder”, “Eres una mala madre”, etc…

El Coaching Ontológico sabe que toda acción la realiza un actor/observador y que sólo cuando este actor/observador haya cambiado su punto de vista podrá realizar diferentes acciones.

Al trabajar conmigo te darás cuenta de quién es tu actor/observador y qué necesita para realizar acciones diferentes y efectivas para su objetivo.

Pero, ¿por qué necesito que alguien me ayude a conocer a mi actor/observador?

Sin duda eres la persona que mejor te conoce, pero muchas cosas de ti parecen tan obvias que no te detienes en ellas y se vuelven invisibles a tus ojos.
Mientras sean invisibles, no puedes transformarlas.

Por ejemplo, soy de Roma y hablo italiano con acento romano. No me despierto por la mañana y me digo a mi misma “hoy hablaré con acento romano”, sino que lo hago automáticamente. Solo me di cuenta de que hablaba romano cuando conocí a personas no romanas que me lo señalaron. Cada vez que hablo con mi acento esto crea un efecto en las personas que me rodean: si son romanos, me perciben como perteneciente a su propia ciudad; si no soy romano, me juzgan diferente a ellos. Si quisiera trabajar como periodista de televisión, tendría que hacer un curso de dicción y perder el acento.
Pero si no me hubiera dado cuenta de que tengo acento romano y me hubiera presentado a una entrevista para un periodista de televisión, ¿habría podido ser contratado?

Yo te ayudaré a notar el acento con el que hablas ya modificarlo para que te contraten como periodista de televisión, si eso es lo que quieres.

¿Qué significa que el método integra mente, cuerpo, emociones y espíritu?

En el coaching ontológico de Julio Olalla, el actor/observador es visto como la intersección de 3 esferas: lenguaje/mente, emociones y cuerpo.
El lenguaje es todos nuestros pensamientos, valores, expresiones.
Las emociones son las emociones y estados de ánimo más presentes en nosotros.
El cuerpo se entiende como el conjunto de reacciones corporales que tenemos más a la mano.  

Cuando trabajamos juntos, identificamos la situación concreta que queremos desbloquear y observamos cómo reacciona tu actor/observador en ese contexto (lo que piensa, lo que siente, cómo se mueve físicamente) para saber qué necesita cambiar para actuar diferente.

Como toque personal, también utilizo mucho las técnicas de visualización guiada, que nos permiten explorar también el campo de la intuición o del espíritu y enriquecer la exploración del actor/observador.